KDE 4.2, primeras impresiones

Ayer se publicó KDE 4.2, un paso más en el largo camino del desarrollo de KDE4. Según el propio Proyecto KDE, esta edición es la primera que consideran realmente para todos los públicos, al contrario que KDE 4.1, que estaba dirigida a usuarios casuales. Para comprobarlo, me he bajado una copia de «KDE Four Live» 1.2.0, un Live-CD instalable basado en openS#USE 11.1 y que contiene KDE 4.2.

KDE 4.2 ofrece una impresionante lista de novedades, destacando las mejoras en el escritorio Plasma, mejores efectos en KWin, las mejoras en la bandeja del sistema, las nuevas herramientas como PowerDevil, los nuevos idiomas, las mejoras en Dolphin, KMail y Konqueror, o los avances en las versiones para Windows, Mac OS X, OpenSolaris y FreeBSD, que se van acercando poco a poco a su madurez. Como es habitualk en cada nueva versión, también se han resuelto un gran número de fallos detectados en las versiones anteriores.

Una vez puestos manos a la obra, efectivamente bastan unas pocas horas de trabajo con KDE 4.2 para comprobar que su equipo de desarrollo ha cumplido con las expectativas, ofreciendo al usuario un entorno de escritorio completo, con funcionalidades de última generación, con un atractivo aspecto visual y con un elevado rendimiento, lo que redunda en un aumento de la productividad en el escritorio. Incluso me atrevería a decir que KDE 4.2 es capaz de correr sin problemas sobre un PC sobre el que ya se ejecutara fluidamente KDE 3.5.

Aún queda camino por recorrer para llegar al KDE4 definitivo, pero es cierto que KDE 4.2 es el primer KDE4 que se parece a lo que el Proyecto KDE prometió cuando publicó por primera vez la lista de características y capacidades que KDE4 iba a ofrecer a sus usuarios. Es indudable que un sólo año desde la publicación de KDE 4.0.0, el proyecto ha dado un gran salto de calidad y que KDE4 va a satisfacer a la mayoría de usuarios que lo prueben. Sin embargo, personalmente echo de menos un buen número de aplicaciones y capacidades que aún no se han portado a KDE4 y que me hacen decantarme todavía por KDE 3.5 como mi escritorio favorito de trabajo.