Los mitos sobre Linux (III)

Retomo la serie de artículos en los que argumento en contra de los mitos existentes sobre Linux con uno de los que más arraigo ha tenido desde el principio: la afirmación de que «Linux no tiene soporte». Es decir, al tratarse de un proyecto libre nacido de la voluntad de cientos de usuarios de todo el mundo y no hay ninguna corporación mercantil que lo respalde, Linux no puede competir en igualdad de condiciones con otros sistemas en cuanto a servicio, soporte y «seriedad».

Desgraciadamente, este punto de vista es tan sesgado y parcial que ya existía incluso antes de que Linux empezara a tener opciones de mercado y nacieran las primeras empresas dedicadas en exclusiva a este sistema, en un momento en que dicha afirmación carecía de importancia para sus usuarios. En un mercado dominado por los gigantes del software y por las licencias draconianas, el aire fresco ofrecido por la Free Software Foundation y su GPL, popularizados por Linux, era rechazado de plano por el miedo al cambio por parte de los usuarios y el temor a la competencia leal por parte de los fabricantes. Todo esto generó respuestas tan ingenuas (y tan cargadas de «mala idea») como la que nos ocupa o la también famosa de «Linux es gratis», de la que hablaré en el próximo y último artículo de esta serie.

El hecho es que existen numerosas empresas que incluyen de una manera u otra a Linux en sus líneas de negocio. Entidades como Novell, Red Hat, Mandriva, Intel, IBM, HP o la propia Activa Sistemas tienen en sus catálogos de servicios todo aquello que los usuarios puedan requerir, desde soporte a formación, desde consultoría a desarrollo, desde instalaciones hasta mantenimiento. Y esta situación no es nueva, sino que ocurre al menos desde 1994, cuando Red Hat abró sus puertas y comenzó la carrera del mercado Linux.

Por supuesto, no podemos olvidar el soporte que siempre ha tenido Linux, incluso antes que otros sistemas operativos populares, que es ni más ni menos que sus propios usuarios, siempre dispuestos a echar una mano a los demás a través de foros, listas de correo, webs, documentación, etc. ¿Y qué decir del proyecto Debian, una de las distribuciones más fuertes del mercado y soportado únicamente por sus desarrolladores, sin empresas detrás?

Linux es por tanto una opción válida más en el mercado, aunque es indudable que se trata de una opción muy especial. Hasta el próximo artículo.