Uno de mis últimos descubrimientos en cuanto a software para Linux es Calibre, una aplicación diseñada para la gestión de libros electrónicos. El objetivo de Calibre es facilitar el mantenimiento de una biblioteca de e-books, de forma que tengamos a mano todas las operaciones más habituales (y otras no tanto) que queramos realizar sobre nuestros libros digitales.

La instalación de Calibre es muy sencilla, basta con seguir las instrucciones de su página web y en cuestión de pocos minutos Calibre estará descargado e instalado en nuestro sistema. Como está desarrollado en Python (para los que no lo conozcan, se trata de un lenguaje de programación interpretado disponible en diversas plataformas), es posible instalar Calibre no sólo en Linux sino también en Windows y Mac OS X.

En cuanto a sus funcionalidades, Calibre ofrece un amplio abanico de posibilidades, como la adición y borrado de libros de la biblioteca, la conversión a formatos populares de ebook, la creación de libros electrónicos a partir de flujos de contenido RSS, la clasificación de libros en base a etiquetas o la transferencia directa a un visor de libros electríonicos que esté conectado al sistema. Como afortunado poseedor de un Papyre, esta característica me resulta de especial utilidad.

La única configuración que necesita Calibre para funcionar es la de la carpeta en la que guardar la biblioteca. A la hora de gestionar los libros, Calibre utiliza los metadatos que incluyamos en cada libro para crear un árbol dentro de dicha carpeta y renombrar los libros adecuadamente, con lo que nos encontramos con toda nuestra colección perfectamente jerarquizada y organizada.

Otro aspecto destacable es que podemos mantener varias versiones en distintos formatos del mismo libro, lo que facilita su utilización en diversos ámbitos. Así mismo, podemos añadir una portada personalizada a cada libro e incluso contamos con un pequeño servidor web que nos permite acceder remotamente a nuestra colección de libros. Finalmente, cuando se añaden libros a la biblioteca, se puede hacer desde un único directorio o desde varios, pudiéndole indicar a Calibre si los ficheros que hay en cada directorio son libros diferentes o copias del mismo en formatos distintos. Y todo esto en perfecto castellano.

En el tiempo que llevo utilizando Calibre, he descubierto que se trata de un programa muy estable (sólo he tenido problemas con la utilización de caracteres españoles en los nombres de los libros) y que en el caso puntual de que Calibre se ha cerrado inesperadamente (no en vano se trata de un programa en versión 0.x), mi bilblioteca no sufrió ningun daño.

Definitivamente se trata de una aplicación más que recomendable, sobre todo teniendo en cuenta la popularidad que tienen a día de hoy los libros electrónicos y las revistas digitales.