Reflexiones sobre el cierre del proyecto LinEx

Acaba de empezar el 2012 y ya se ha producido la primera noticia de importancia (además de desafortunada) en el ámbito del Software Libre en España: la clausura de la distribución LinEx, plasmada a través de la no renovación de los contratos de los desarrolladores implicados en el proyecto y la transferencia de las competencias del Centro de Excelencia del Software «José de Espronceda» (CESJE) al CENATIC. En estos días se están vertiendo multitud de opiniones al respecto, algunas bastante desafortunadas (me resulta inmoral que alguien se alegre de la desgracia ajena), y dado que desde Activa Sistemas hemos seguido el proyecto LinEx desde sus inicios por motivos que comentaré a continuación, quiero compartir mis reflexiones al respecto del fin de esta distribución Linux pionera en nuestro país.

Cuando en Octubre de 2003 lanzamos la primera versión de ASLinux Desktop, LinEx ya llevaba prácticamente un año en la calle. Ambas distribuciones nacieron con una misión similar: hacer que Debian fuera accesible para todos los usuarios en una época en la que prácticamente estaba reservada a administradores de sistemas y usuarios expertos. Mientras que ASLinux Desktop estaba orientada a la empresa y se basaba en KDE, LinEx estaba orientada a la Administración Pública y estaba basada en GNOME. A pesar de estas diferencias, ambos equipos de desarrollo entramos en contacto, nos conocimos en persona, intercambiamos muchos emails tanto privadamente como a través de la lista de correo Unios (en la que participaban los principales desarrolladores de distribuciones Linux en España) e incluso acordamos un marco común de colaboración entre ambos proyectos.

Me gustaría destacar dos ejemplos del trabajo realizado en esos primeros años por ambas distribuciones como muestra del esfuerzo realizado y del estado de las distribuciones Linux a principios de la década pasada: el desarrollo de un instalador gráfico sencillo y la integración de aplicaciones tanto con el escritorio como entre sí para cubrir las necesidades de cualquier usuario.

En todos estos años, el proyecto LinEx no sólo ha producido una serie de distribuciones adaptadas a diferentes entornos (educación, sanidad, administración, etc.), sino que además ha realizado con éxito la implantación de las mismas en miles de puestos de trabajo a lo largo y ancho de toda Extremadura, ha desarrollado aplicaciones y herramientas que han sido adecuadamente liberadas y ha organizado eventos de apoyo y difusión del Software Libre. Además, LinEx deja importante legado: el proyecto DebianEdu ha incorporado a su base gran parte del trabajo de LinEx en el ámbito educativo. Y todo esto con un equipo de trabajo cuyos componentes oscilaban entre 2 y 10 personas. ¡Casi ná!

Entre los objetivos de LinEx destacaban, desde mi punto de vista, especialmente dos: el ser capaces de avanzar hacia la independencia tecnológica de Extremadura y el poder invertir eficientemente los impuestos de los ciudadanos en tecnología útil para la sociedad. El equipo de LinEx estaba tan convencido de estos objetivos que incluso se «atrevieron» a rechazar los cantos de sirena de Mark Shuttleworth cuando se personó en Extremadura para venderles las excelencias de Ubuntu, prefiriendo no rendirse a capital extranjero y en cambio seguir apostando por Debian, un proyecto libre basado en el esfuerzo de una amplia comunidad de usuarios y gestionado mediante unos claros principios sociales.

No hay proyecto perfecto y LinEx no fue la excepción. A lo largo de su desarrollo se fueron tomando una serie de decisiones en base a los requerimientos y especificaciones definidas, algunas de las cuales no fueron acertadas en mi opinión, como por ejemplo la de sustituir el nombre de las aplicaciones instaladas por personajes y lugares conocidos de Extremadura. Sin embargo, sus defectos (pequeños en todo caso) eran más que superados por sus virtudes, dando como resultado un producto de gran calidad. A pesar de ello, sus detractores magnificaron esas sombras (con argumentos tan vergonzantes como que «LinEx no es más que Debian con los iconos cambiados») para socavar el buen nombre del proyecto. Espero sinceramente que en el cierre de LinEx no hayan pesado estas «razones», porque entonces estaríamos ahondando en la teoría de que en España no es posible innovar en TICs.

También es cierto que la evolución de los mercados en los últimos años había colocado a la mayoría de las distribuciones desarrolladas en España (incluso a las elaboradas en el ámbito privado) en una posición complicada: elevados costes de desarrollo y mantenimiento frente a la competencia de los grandes proyectos como Ubuntu, OpenSuSE o Fedora, además de una saturación de distribuciones localistas (tanto autonómicas como municipales). Esto implicaba cierto anacronismo que era necesario resolver: renovarse o morir. En nuestro caso, ASLinux Desktop 3.0 ya fue utilizada como plataforma de desarrollos de terceros en vez de publicarla como distribución independiente y la futura versión 4.0 tendrá forma de un conjunto de personalizaciones paquetizadas que se instalarán sobre la base estable de Debian.

En definitiva, ¿por qué se cierra LinEx? Creo que no existe una única razón, sino que es el resultado de la suma de diversos factores, algunos ya comentados como el anacronismo de mantener una distribución completa propia o el de la campaña de «acoso y derribo» a la que se ha visto sometido el proyecto desde que nació, y otros como los económicos y los políticos, más oscuros y difíciles de valorar por el ciudadano de a pie. En cualquier caso, se trata sin duda de una gran pérdida pero no del «fin del mundo» para el Software Libre en España, como algún agorero se ha apresurado a vocear en las redes sociales.

Desde estas líneas, tanto en el nombre de Activa Sistemas como en el mío propio, quiero dar todo el ánimo y el apoyo posibles a los miembros de un proyecto que tanto nos ha aportado a los que trabajamos y disfrutamos con el Software Libre en España. Gracias y hasta siempre.