Si hay un proyecto Linux que me ha llamado la atención desde que nació, ese es sin duda Linux From Scratch (LFS). Su gran virtud es que posibilita que cualquier usuario desarrolle su propia distribución Linux a medida y desde cero. Algo impensable en otros entornos, no se trata más que de una consecuencia lógica de la gran virtud de Linux y de todo el movimiento del Software Libre: la libertad, valga la redundancia, de elección.
Sin embargo, esta gran ventaja para unos se le atraganta a otros. A los centenares de distribuciones Linux conocidas que ya existen, repartidas en diversos ámbitos de aplicación (de propósito general, educación, empotradas, de seguridad, basadas en disquete, para diferentes arquitecturas, etc.), ahora hay que sumar la posibilidad de que cada uno se pueda hacer la distribución que quiera. «¿No es esto demasiado?», nos preguntan algunos usuarios recién llegados a Linux. «¿Cuál se adapta mejor a mis necesidades? ¿Cual es la mejor? ¿Son todas compatibles?… ¿QUE HAGO?». Sigue leyendo