Hace ya tiempo que escribí acerca de mi migración de Firefox a Chrome en busca de una experiencia de navegación web más satisfactoria que la que me estaba dando el navegador del zorro rojo, en aquel entonces por la versión 3.6. Lo cierto es que varios meses más tarde he decidido volver a Firefox ya que el navegador de Google no me da lo que necesito y desde Mozilla hace ya un tiempo que se han puesto las pilas para estar al día y hacer frente a la competencia. Estos son los motivos de mi vuelta a Firefox.
En primer lugar, me he encontrado con que Firefox es mucho más estable que Chrome, sobre todo cuando se trata de tener muchas pestañas abiertas y una buena cantidad de extensiones instaladas. Mientras que al primero esto no parece afectarle, Chrome sufre enormemente cuando tengo más de 5 pestañas abiertas, aparte de estar jugando a activar y desactivar extensiones para conseguir algo de fluidez en su funcionamiento.
Además con Chrome he sufrido repetidamente de un serio problema: la incapacidad de iniciarse y la reconstrucción desde cero de mi perfil de usuario. Por algún motivo que he sido incapaz de descubrir, frecuentemente Chrome se quedaba con la pantalla en blanco al arrancar (a pesar de desactivar extensiones) y me veía obligado a comenzar con un perfil nuevo limpio al que tenía que importar de nuevo toda mi configuración personal. Este problema había llegado al extremo de tener que hacerlo hasta dos veces en el mismo día, algo inadmisible.
Desde Mozilla han sabido recortar la distancia que les habían tomado desde Google a través de numerosas mejoras que les han llevado a un menor consumo de memoria, a un menor tiempo de incio y a una mayor rapidez de renderización de páginas web. Asimismo, Firefox se actualiza ahora frecuentemente y además en algunas plataformas sin necesidad de la intervención del usuario. Finalmente, se ha aumentado enormemente la seguridad al desactivar automáticamente los plugins obsoletos o con problemas, algo que está ocurriendo con demasiada frecuencia con Flash y Java.
Pero probablemente lo que más me ha gustado de lo que Firefox ha copiado y mejorado de Chrome es Firefox Sync y la aplicación para smartphones Firefox Home. Ahora puedo sincronizar la configuración de mi navegador en mis varios ordenadores y consultarla sin problemas desde mi móvil o desde mi tablet. Un gran avance sin duda.
Por último, sigue sin existir para Chrome una extensión tan potente e increíble como Ubiquity, que permite realizar numerosas operaciones con el navegador escribiendo unas simples palabras clave. Igualmente, la barra de direcciones de Firefox sigue siendo más potente y versátil que la de Chrome.
En definitiva, no hay nada que me retuviese con el navegador de Google, al que he dado una buena oportunidad. Dado que Firefox ha resuelto los problemas que me hicieron abandonarlo y ha mejorado drásticamente la experiencia de usuario, es evidente que vuelvo a utilizarlo como mi navegador de referencia.
¿Cuál es vuestra experiencia con ambos navegadores? ¿Os ha pasado algo parecido a lo mío?