Este año tocaba renovación de móvil (el hardware de mi iPhone 4 estaba en las últimas) y en esta ocasión me he decantado por pedirle a Sus Mágicas Majestades un smartphone Android. Hacía tiempo que quería huir de las garras de Apple y he aprovechado la oportunidad para saltar a un sistema que, aparte de ser el más popular del mercado a día de hoy, está basado en Linux.
Al igual que en su momento mi primer iPhone (un modelo 3G de 16 GB) me causó una gratísima impresión, las primeras experiencias con este móvil Android no han podido ser mejores. Como ya he mencionado, el iPhone 4 que he usado hasta ahora ya no daba más de sí, con fallos en los botones físicos y una destacable falta de rendimiento. Con el iPhone 3G estaba dispuesto a perdonar la falta de libertad de una plataforma privativa y los problemas de conectividad con el Linux de mi PC de sobremesa, pero se ve que en Apple han decido empeorar la calidad de los terminales y del interfaz a partir del iPhone 4 (por mi casa han pasado también un 4S y un 5), así que no tenía sentido seguir aguantando con iOS.
Android, al que ya conozco bien por el uso que le he dado en tablets, me resulta no sólo más sencillo de utilizar, sino que ofrece mayores posibilidades en el interfaz de usuario y permite configurar lo inimaginable. Además, su respeto a los estándares de la industria TIC y su facilidad de integración con sistemas de terceros lo convierten en mi elección número uno como plataforma móvil. Finalmente, ¡me encanta tener por fin Firefox en mi smartphone!
La migración entre terminales ha sido muy sencilla, ya que prácticamente toda mi información y las funcionalidades que utilizo a diario están en la nube. A pesar de la pasión que pueda llegar a sentir por Android (o cualquier otra plataforma), no pienso atarme y perder la independencia que me ha dado el cloud computing y el uso de una nube privada.
Ahora me toca seguir experimentando con mi nuevo Android, sobre todo en cuestiones relacionadas con el uso corporativo (sincronización con la intranet, acceso remoto por VPN, trabajo en grupo, etc.). Espero que la plataforma dé la talla y que los resultados sean más éxitos que fracasos.