A principios de 2012 le compré un nuevo disco duro a mi portátil con el único propósito de ampliar el escaso espacio libre que me quedaba en el antiguo. Por cierto, utilicé Clonezilla para la operación de copiar todas la información desde el disco original al nuevo y, mientras que mi sistema Linux salió andando sin problemas, tuve que dedicar varias horas a reparar la licencia de Windows Vista que aún conservo (ya que la pagué con el portátil, me la quedé).
Aunque el tener el doble de espacio es una gozada (pasé de 250 a 500GB), surgió un problema que no me esperaba: el rendimiento del portátil cayó notablemente, lo que en principio era achacable al acceso al nuevo disco. Así que para comprobar la validez de dicha sospecha, esta misma semana he realizado una serie de pruebas al nuevo disco desde Linux. Todas estas pruebas tuve que realizarlas como administrador del sistema ya que de otra forma no tendría los privilegios suficientes para acceder a los recursos necesarios para llevarlas a cabo de manera correcta. Sigue leyendo