El pasado 25 de Agosto se cumplió el decimoséptimo aniversario de Linux, fecha en la que Linux Torvalds anunció en un foro de las Usenet News que acababa de empezar un proyecto de desarrollo de un sistema operativo compatible Unix.
Desde entonces hasta ahora, Linux no ha dejado de crecer, evolucionar y mejorar día a día. Aun teniendo ya 17 años, sigue siendo el benjamín de los sistemas operativos modernos, lo que no le impide ser proporcionalmente a su edad el más potente respecto a sus hermanos.
Nadie duda de que el camino no ha sido sencillo y que hoy en día es uno de los proyectos de software mejor valorados del mercado. Además de su cuota actual en el segmento de los servidores (más del 20%), su penetración en el escritorio es patente y aumenta constantemente.
Pero un presente prometedor no asegura un futuro brillante. No es que dude de las posibilidades de Linux, que son muchas, pero la situación actual, en plena crisis económica, no es a priori propicia para ningún tipo de proyecto o aventura. Sin embargo, precisamente el Software Libre es una herramienta idónea para ayudar a las empresas a capear el temporal, sobre todo por los bajos costes de implantación y mantenimiento de sistemas informáticos basados en Linux.
Mientras no esté clara la posición mercantil de Linux (a pesar de que existan en la actualidad fuertes apuestas por parte de marcas como IBM, Novell o Canonical), Linux seguirá adelante gracias al esfuerzo de la comunidad de desarrolladores que aporta su grano de arena sin descanso y al apoyo de proyectos como Debian, libre de intereses económicos. Aunque no lo parezca, esto es precisamente lo que hace fuerte a Linux y lo que hace de él un producto en el que confiar y apostar en nuestros sistemas informáticos.
